Testimonios

Conoce mi nuevo libro Crecer en libertad: El Arte de sostener la esencia de la infancia

Testimonios de familias y profesionales que he acompañado en cursos, talleres y a través de la experiencia de una crianza llena de amor y libertad.

«Hola me encanta tu apertura para participar de tu libro.

En mi caso conocer el movimiento libre antes de que naciera mi bebé significo TODO, ha sido maravilloso ver como mi hijo que hoy tiene 4 años ha llevado su cuerpo hasta dónde él se lo permite, lo conoce y expresa con claridad sus deseos y malestares, creo que el movimiento libre le regala esto, y a nosotros la confianza, la observación y el acompañamiento para permitirle ser quien viene a ser. Mil gracias por tus conocimientos, por tu generosidad, tu testimonio y tus deseos de transformar la forma de ver las infancias»

Eliana Jiménez

«Querida Anabel yo me conecte contigo desde el momento que te encontré en redes y fue ese encuentro como una respuesta ese susurro que desde mi intuición sentía que deseaba que fuera diferente con mi bebé y tu tenías la respuesta a todo eso. Mi gran aprendizaje fue desarrollar la conciencia de poder tratar a mi bebé como el ser humano que es desde el día que aterrizó aquí. Aprendí a cambiar la mirada de comunicarle y anticiparle todo, entendiendo que la comunicación con ellos es más profunda que la racionalidad de pensar si entienden o no. Poder permitirle ser libre fue una nueva forma y aprendizaje de amar. Hoy después de 2 años y medio veo en aurora el fruto de todo eso que me enseñaste cuando tomé tu curso y tus sesiones al ella nacer. Ver cómo explora el mundo desde su individualidad solo con mi acompañamiento me da la alegría de saber que así a ido creciendo segura de sí misma.
¡Poder ver como entiende claramente hoy al anticiparle algo y está tranquila y yo también es algo increíble! Gracias por haber sido parte de nuestra crianza y por promover esta visión de amar, criar y acompasar nuestros pequeños con tu corazón gigante ❤️»

Maria Angélica Quant

«Para mí tus cursos Ani han sido el regalo más grande que mi hijo y yo hemos podido recibir. Sin saber nada de maternidad, pero teniendo la intuición de acompañar a mi bebé con más libertad, con más disfrute, con más presencia y atención a lo que es y no lo que ‘yo quisiera que fuera’, llegaron a mí tus cursos a los meses de nacido mi hijo y tomé toditos y fui parte de un círculo de mujeres que hasta la fecha (mi hijo tiene 4) seguimos conectadas y apoyándonos.
Me cambió la mirada, me abrió un camino hacia una crianza permitiendo que las cosas fluyan, escuchando a mi peque y sus necesidades y también las mías. ¡El movimiento libre y el juego libre me han servido como modelo de vida en todos los ámbitos, una mirada que gracias a la vida llegó a mí con tus palabras tan claras y auténticas y amorosas y que deseo para todas las niñas y niños y sus familias! ¡¡¡Gracias, gracias, gracias!!!»

BC

«Ana lo primero que aprendí de ti fue a respetar el no de mis hijos estaban muy pequeños y no los escuchaba ni les pedía permiso no los tenía en cuenta (porque creí que no sabían) y ese fue el primer paso para poderles dar el regalo más valioso a mis hijos que sentí que les podía dar y fue ENSEÑARLES A PONER LÍMITES
En mi proceso he tenido que rebajar décadas por ese tema, por qué no poner límites y quieres agradar a otros renunciando a muchas de mis convicciones
Y hoy después de 5 años de aplicar eso hoy me siento muy feliz, agradecida y orgullosa de que mis hijos puedan decir para esto no me gusta, no quiero por favor respétame.»

AT

«Fuiste de las primeras personas que me mostró la belleza de la observación (en pandemia en espacio de juego virtual con mi hija pequeñita), del permitir ser y conectar con los bebés desde la humildad y admiración de sus procesos. Lo que viví con mi hija, pude llevarlo a mi trabajo y así transformar mi vida, mi mirada y la forma de ejercer mi profesión. Para mí hoy, el juego es la clave. La motivación intrínseca es lo que hace que surgir en el ser humano una identidad, el movimiento, el desarrollo global en equilibrio… Admiro tu trabajo, tu capacidad de transmitir con tanto Amor este cambio de paradigma que nos vuelve al origen, a lo fisiológico y que sin duda es un regalo para la vida de tantas familias. «

Camila Puschmann

«Veo a mi hija y digo gracias a la vida por presentarme seres como tú y Alejo, que llegaron para mostrarme otra mirada o mejor de darme valor y confianza en esta mamá primeriza que hace 4 años se sentía perdida y hoy ve a su hija con todo el respeto que merece, la confianza y el soltar el control cuando creemos saber más que ellos, porque mi hija ha sido mi maestra y si tal vez no hubiera conocido todo esto de MVL, JL y crianza respetuosa tal vez hubiera seguido a otras mamás que en medio de la maternidad tienen creencias que los niños no saben lo que quieren, hay que ponerles límites y que son manipuladores. Hoy precisamente pensaba en ti y agradecía a la vida por siempre ponerme personitas en el camino que me indican que no estoy equivocada. Me reafirma mi confianza.»

Lorena Vela

Experiencias en Video

Mira cómo nuestros participantes comparten sus historias de transformación personal y familiar a través de Crecer en libertad en este inspirador video.

Familia Torres Giraldo

«Conocí el movimiento libre a través de una compañera de trabajo, que ahora es una gran amiga. Ella siendo pedagoga, mamá y practicando el movimiento libre, yo, siendo psicóloga y diciendo que nunca iba a ser mamá; sin embargo, me interesé en conocer más de la crianza consciente y el movimiento libre para aplicarlo en mi hacer profesional, porque siento que si en la infancia respetamos los procesos y el desarrollo de los niños tendremos adultos más conectados a su propio ser. Bueno, creo que todo eso me despertó cierta sensibilidad y 2 años más tarde estaba aprovechando una de tus ofertas 2×1 en los talleres y preparándome porque junto con mi esposo estábamos planeando ser padres. Desde el embarazo veíamos tus talleres y cuándo nuestra hija nació, nos sentíamos tan cómodos respetando sus tiempos. Aprendimos que, aunque se ven tan pequeños, sienten y entienden absolutamente todo, entonces le contábamos todo lo que iba a pasar en cada momento, sobre todo en las visitas a la pediatra, en los exámenes de rutina de audición, de oftalmología y en odontología y en especial en vacunación. Y obviamente ha sido una experiencia maravillosa, pues aunque llora, se calma fácilmente con nuestro arrullo y contención. Cada cambio de pañal era y es hasta ahora 22 meses después, una oportunidad para conectar más con ella, para reconocer su cuerpo. Durante los primeros meses de vida, la familia cercana o conocidos, nos recomendaban algunas actividades que supuestamente había que hacerle para fortalecerla, y nosotros respetuosamente les explicamos lo que en realidad estábamos haciendo, me encantaba escuchar (y aún) la firmeza y seguridad con la que mi esposo respondía: «nosotros estamos practicando con ella movimiento libre, que consiste en respetarle su desarrollo y que ella entienda lo que sucede en su cuerpo cuando logra hacer algo». Y así le respondimos a familiares, amigos y a la pediatra que nos recomendó actividades para estimular que se sentara (ya la cambiamos).
Aunque no niego que por momentos tuve dudas si estábamos haciendo lo correcto o si solo estaba retrasando sus hitos de desarrollo, nuestra hija día a día nos mostraba lo feliz que era cuando solo nos dedicamos a observar y acompañarla en lo que pretendía hacer. Y así, en medio de las actividades cotidianas un día cualquiera decidió darse la vuelta y aunque en principio se enredaba con la mano, fue aprendiendo por sí sola a acomodarla y perfeccionó la técnica, así mismo empezó solita a sostenerse en manos y pies y cuando menos lo pensamos gateaba y así fue sucediendo como en efecto dominó cada cosa. Se sentó y luego empezó a hacer «solitos» a caminar pegada de las paredes o algo que encontrara cerca, y nuevamente las voces externas quisieron decirnos que estaba “muy perezosa para caminar” que le pusiera medias y zapatos, porque “el frío no la estaba dejando caminar”, nuevamente nosotros tres como familia decidimos seguir conectados y silenciamos todos esos comentarios, faltando 3 días para cumplir 15 meses se sintió completamente segura y desde ahí está caminando sola. Podemos decir que nunca se cayó aprendiendo a caminar, obviamente si hubo momentos en que el equilibrio no era tan fuerte, pero ella misma encontraba la manera de solucionar. Al día de hoy, que está subiendo y bajando escalas y trepando, cuando siente que no puede hacer algo por su propia cuenta, nos pide ayuda. En realidad nos sentimos muy orgullosos de haber respetado sus tiempos, de escuchar atentamente sus movimientos y necesidades y hoy verla interactuar en todos los espacios con seguridad, ver cómo observa y planea actividades complejas, que requieren de su equilibrio y atención y logra hacerlas con calma y exitosamente. Gracias Anabel por mostrarnos una manera diferente y amorosa de acompañar a nuestra pequeña.»

Sandra castillo

«Desde que tengo uso de razón, he sido excesivamente miedosa con mi cuerpo. Me cuesta mucho moverme en terrenos inestables. Me agarro de todos lados para subir y bajar escaleras. Cuando estoy en una montaña así sea una colinita, me toca bajar sentada porque me da pánico resbalarme. Hoy observo que la generación de nuestros padres fue una generación que crió con mucho miedo y muchas restricciones en el movimiento y lo veo clarísimamente en mi mamá, lo cual explica mis inseguridades con mi cuerpo.

Conocí de ti cuando estaba buscando quedar embarazada (que fue un proceso bastante difícil y doloroso) y resonó muchísimo en mí todo lo del juego y el movimiento libre, pues en la crianza de esa futura bebé quería tener la absoluta conciencia de no transmitirle esos miedos a ella. Y fue tan bello cuando llegó Maité empezar a poner en práctica el movimiento libre y la no intervención en el desarrollo de la niña en cuanto a su movimiento, maravillarme de que por sí solita, a su tiempo, sin mi intervención, levantaría la cabeza, se sentaría, se voltearía, gatearía, caminaría, subiría y bajaría escaleras, etc etc etc. Muchas veces me mordí la lengua y me tragué mis «cuidado», «no hagas eso», «para», pero me los aguanté, y en eso me sirvió mucho la aproximación tan revolucionaria y tan diferente a lo tradicional sobre los límites y los principios de Yvonne Laborda (a quien también llegué por ti). Todo ello dio paso a que Maité creciera con mucha libertad en su movimiento, a que explorara con tranquilidad y curiosidad su cuerpo y su entorno.

Hoy, a sus casi 3 años, Maité es una niña tan segura de sí misma y de su cuerpo, que me maravilla, es totalmente lo opuesto a la niña que fui y a la adulta que soy en ese aspecto, y me da tanta felicidad explorar el mundo y su cuerpo con tanta solvencia y por supuesto, ¡acompañarla en ese proceso! Me da risa porque las profes en el jardín en sus informes de Maité destacan su espíritu aventurero y su disposición para moverse con libertad y cómo otros niños que son más cautos y temerosos, la siguen en sus movimientos al darse cuenta que sí es posible.

Te estoy agradecida de forma infinita por esa sabiduría que me transmitiste, pues ha marcado una diferencia trascendental en la crianza de mi hija y en cortar creencias y limitaciones que arrastro de mi propia crianza.»

Laura Gómez

«La manera en la que acompaño a vivir y a crecer a Thiago es maravillosa, es una capacidad de asombro que recupere con esta mirada, es volver a confiar en todo lo que es capaz un niño, en su potencial, en que cada paso que da es más seguro que cualquier cosa, con plenitud, con disfrute y con la tranquilidad de saber que si falla es otra oportunidad para volver a intentar…

Confiar en él, es una paz indescriptible, poder acompañarlo al parque y observarlo sin miedo, sin juicios, solo atendiendo su llamado cuando me necesita y ver su empatía con los otros, su cuidado por el bienestar propio y de los demás pero esto es lo que más me ha marcado LA CAPACIDAD DE PONER LIMITES porque en el hogar le mostramos que él tenía todo el derecho a poner los suyos, así fuéramos sus padres, que estaba bien decir que no y que él tenía una brújula interna que le iba a decir lo que si lo hacía sentir bien y lo que no… y así responde en el juego FIRME CON RESPETO Y CON AMOR SOBRETODO AMOR PROPIO, cuidando de su ser

Anécdota, estaba en el parque y un amigo le dice que el lugar del arco era donde había 2 palos y él le responde: no y yo no tengo que hacer lo que tú me digas, tengo que hacer lo que mi cuerpo me diga uffff

¡Y así millones de anécdotas como la cantidad de veces que lo escucho decir PARA ESO NO ME GUSTA! y yo celebro en silencio verlo alzar su voz.

¿También me ha sorprendido encontrar otros niños que le preguntan cuando se cae ESTAS BIEN? y me da esperanza…

Soltar el control es sinónimo de paz, de tranquilidad, de celebración…

Gracias por todo lo que has compartido, lo que has vivido, por tu generosidad

¡¡¡Te quiero infinitamente y serás parte de la historia que le contare a Thiagi cuando crezca!!!»

Angélica Fernández

«Siento que no puedo referirme solo al ser que me eligió para llegar a este plano. Porque la verdad es que esta mirada transformó mi forma de ver, tratar y acompañar a todos los niños y niñas, ahora mi mirada es de profundo respeto, confianza, apertura, admiración.
Ahora me encanta simplemente observar, sin intervenir, me encanta presenciar no solo el movimiento sino el despliegue mental y emocional que acompaña cada proceso para cada niño o niña. Mi mirada ya no es desde la comparación, ahora es desde percibirnos completos y suficientes todos.
Ha sido mágico, y al tiempo retador, pero precisamente una demostración de toda la sabiduría que habita en cada uno.
Ha pasado de dejar de ser sorprendente a ser algo más fluido, que solo se da y hace parte de la vida. Confiar me trae tranquilidad, me evita preocupaciones y me aleja de muchos miedos, y todo el tiempo observo y siento como esa confianza vale la pena.
He descubierto que la vida es más sencilla cuando suelto el control, cuando puedo acompañar con presencia y confianza. También que la presencia no precisamente en cantidad, sino más bien en calidad marca una diferencia en el vínculo. Cuando doy presencia hay más cooperación y cuando no logro darla hay desregulación.»

Paola Muñoz

«Yo casualmente llegué al movimiento libre a los 2 meses de mi hija mayor (ya tiene 5 años) …alcance a ponerla unas dos veces en tummy time. Y cuando llegué a Anabel resoné un montón con esto y empecé a leer más y a aprender… Y aprendí no solo de blogs y cursos …. Lo que más aprendí fue observando a mis hijas (ya tengo dos). Lo más hermoso de llegar al movimiento libre, es que me engancho con otros «temas» o formas de vivir la crianza (muy diferentes a la que yo viví) … La crianza consciente… El respeto por los niños … La sabiduría de su cuerpo …la PRESENCIA … Y lo más difícil llegar a todo esto cuestionándose nuestras propias emociones y experiencias. Con lágrimas en los ojos AGRADEZCO que Instagram me llevara a esta primera cuenta porque me cambio no solo mi crianza sino a mí misma.
¡En cuanto al ML la experiencia con mis dos chiquis ha sido lo más hermoso! …respetar sus tiempos, ver si seguridad, su fuerza, su autonomía, independencia.
Cuando me dicen: pero no pasa nada que uno hace esto o esto …yo lo hice así con X o Y. He respondido que para mí es una forma de regalo…. todos damos regalos diferentes dependiendo que es lo importante para nosotros.
Y ellas me dieron un regalo a mí con su proceso, con cada nuevo movimiento que veíamos que hacían. Cuando caminaron y caminaron sin nuestra ayuda pero con nuestra compañía.
¡Ha sido hermoso!»

Andrea Hoyos

«Soy la mamá de un bello Ángel, que es el milagro y el regalo de Dios más grande.
Conocí de movimiento libre, cuando en una cita de revisión en su primer mes de vida, le preguntamos a la pediatra, a su edad qué debía hacer y su respuesta fue sigan a Anabel Hernández en Instagram, ahí ella habla de movimiento libre y si les hace sentido pueden seguir su guía.
La pregunta a la pediatra la hicimos porque nos habían indicado que lo pudiéramos boca abajo y yo sentía que mi bebé no se sentía cómodo en esa posición forzada.
Conocer la información que compartes, es empezar a transformar la mira adulta, dejar de estar intentando forzar y enseñar como que fuéramos superiores por tener más años, empezar a verlos como seres capaces, hábiles, sabios, que de disfrutan su proceso, que aprenden a confiar en sí mismos y conocen tanto sus límites como sus posibilidades.
Mi bebé, ahora tiene un año, estamos entre reptar, gatear, sentarse y arrodillarse, a su ritmo, disfrutando el proceso, eligiendo qué luchas dar y cuáles no, respecto a la gente que siempre tiene una opinión y se cree experta en los bebés de otras, y que desde su conocimiento y experiencia, a veces ni siquiera por mal, desean que uno siga el método tradicional de acelerar y forzar procesos en un afán de «independizar» a los niños, que yo aún no logro entender.
Gracias, por compartir tan maravilla información, por hacerlo con amor y respeto, y por invitarnos a cuestionar y a seguir el instinto propio, la guía interna que como madre nos indica la dirección que necesita nuestro hijo.
Con Mateo tenemos un vínculo de confianza, un apego seguro increíble, confío plenamente en que todo puede hacerlo y siento que él confía en mí y sabe que estoy ahí cuando me necesita, cuando necesita que le ayude. Ha sido una experiencia maravillosa y retadora, dejarlo ser y moverse, respetarlo, anticiparle lo que vamos a hacer y va a pasar, verlo como la persona qué es, y aprender a soltar el control y sanar para entregarle lo mejor siendo tan humana como nunca antes lo había sido. 🤍

Daniela Fierro

«Conocer la mirada de Anabel hacia la infancia cambió totalmente la mía, y llegó en el momento que más lo necesitaba. Emigrar y convertirme en mamá a la vez fué la combinación perfecta para que las dudas y el miedo se apoderaran de mi maternidad, al punto de solo buscar respuestas por fuera, no creer en mi intuición y no confiar en lo absoluto en lo que yo sentía correcto. Gracias en gran parte a Anabel, empecé a mirar al único que tenía todas las respuestas, ¡mi bebé! En cuanto empecé a mirarlo a él y a escucharme a mí, logré ver con mucha claridad lo que juntos podíamos lograr. Mi niño ha crecido con muchísima confianza en sí mismo gracias al movimiento libre y el respeto con el que ha sido criado hasta ahora. Es un niño que sabe medir sus riesgos, que sabe cuándo sí y cuando no pedir ayuda. Sigue (y también yo) aprendiendo a ser compasivo consigo mismo, que cometer errores es parte del proceso y lo que considero más importante de todo, que no importa la edad que tenga su voz siempre es importante. Gracias Anita por ayudarme a darle a mi hijo el amor incondicional y el respeto que tanto se merece.»

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